martes, 25 de agosto de 2015

¿Qué es lo que nos une?

¡Hola queridos lectores! Otra de las actividades que tuvimos en las misiones fue visitar algunos colegios. Uno de ellos se sitúa en Teodoro Schmidt. Nos informaron cuántos jóvenes había, el contexto del barrio, etc. Una vez allí nos enseñaron el colegio y nos dividimos en grupos para ir a todos los cursos. Estuvimos compartiendo en un diálogo nuestro testimonio de fe y nuestra experiencia de misionero. Seguidamente respondimos a unas preguntas que nos hicieron y entonces salieron al patio donde se reunió todo el colegio. Allí se juntaron jóvenes de todas las edades y el Padre Charlie expuso una pequeña reflexión. Al final se propuso que cada uno escribiera sobre algo o alguien que quisiera para que nosotros rezáramos por esa intención. Esta visita, que apenas duró dos horas, sirvió para que muchos jóvenes vieran una Iglesia viva y joven de la que muchos no tenían conocimiento. 


Vivimos un momento bonito ya que muchos jóvenes confiaron a nuestra oración problemas personales en su papelito. Muchos de ellos manifestaban una gran sed de Dios. A veces pensamos que los más jóvenes no tienen sed de Dios porque no lo manifiestan abiertamente pero uno se puede encontrar con sorpresas.  Además, pudimos observar que lo que nos une no es el país, la cultura, la raza…lo que nos une es el Señor. Así se manifestó la Iglesia universal de la cual participamos todos.

Ese mismo día por la tarde tuvimos una pequeña excursión con el colegio de Humanidades de Villarrica. Salimos en autobús a un pequeño cerro situado en Pucón. Subimos el cerro rezando el via crucis y llegamos arriba donde nos esperaban las hermanas franciscanas capuchinas. Tuvimos un pequeño rato de oración y más tarde fuimos al locutorio a saludarlas. Un pequeño tiempo en el que se pudo percibir el afecto que tienen estas hermanas por estos jóvenes.

¡Recemos por toda la Iglesia universal!

¡Recemos por los jóvenes para que que se encuentren con el Señor y esa fuerza que tienen vaya dirigida a evangelizar! 









jueves, 30 de julio de 2015

Experiencia misionera en Cunco

Del 20 al 23 de julio hemos estado en Cunco, misionando en la parroquia de la Inmaculada Concepción. Allí fuimos acogidos afectuosamente por el padre Jorge que durante esos días se desvivió para hacernos sentir como en casa.
Nuestra actividad se centró en el barrio de Las Dehesas, que se encuentra a las afueras de la población. Fuimos casa por casa invitando a los vecinos a la celebración de la Eucaristía el jueves y a los jóvenes y niños a asistir antes a un partido de fútbol. La respuesta de los vecinos fue muy generosa, juntándonos un buen número en la celebración de Eucaristía y en el ágape posterior. Además, también, colaboramos con la pastoral de la salud yendo al hospital y a dos residencias de ancianos.
No querría terminar sin mencionar a las Hermanas de la Santa Cruz, que nos acogieron  en su comunidad con mucha alegría, así como el ejemplo de celo apostólico del padre Jorge que nos enseñó una nueva pastoral, la pastoral culinaria que consiste en tener todas las reuniones parroquiales alrededor  de una colación liviana, o sea un buen asado.

martes, 28 de julio de 2015

MALLOCO LOLENCO


Dentro de todas las “misiones” que hemos ido realizando en Villarrica ha habido una especial. La misión en Malloco Lolenco.

Fue especial no porque llamásemos a las casas disfrazados de payasos preguntando “¿cómo están ustedes?” ni rondar las ventanas con “los clavelitos”.  Tampoco por predicar algo distinto a las demás, pues el contenido era el mismo: CRISTO VIVO. Lo que hizo diferente esta misión era el lugar ya que era una misión rural donde en vez de ir de casa en casa íbamos de granja en granja. Sí, de granja en granja pero, claro está, predicando a las personas y no a las gallinas.

Duró del viernes 17 al domingo 19. En esos días pudimos compartir nuestra fe con personas que no pueden tener Eucaristía nada más que un domingo al mes y muchas de ellas teniendo que coger el coche o andar un buen trecho (muchas veces con grandes chaparrones).

Fue una experiencia muy enriquecedora para nosotros en la cual pudimos bendecir casas, tener momentos de oración en cada hogar y también compartir algunas inquietudes, sufrimientos, alegrías… con esas familias.

Para unos era un momento de retomar relaciones con su capilla a la que hacía un tiempo que no acudían, para otros un momento propicio para compartir con unos hermanos españoles su amor a Jesucristo, pero para todos un momento de gracia especial en el que el mismo Señor les visitaba. Eso se percibía en su acogida, tan alegre y generosa siempre. Tan era así que hasta en una casa celebramos el cumpleaños de la pequeña Jessica Anaís, cantando unas canciones y rezando por la cumpleañera de 3 añitos recién estrenados.

Después de bendecir casas, el domingo tuvimos un encuentro con toda la comunidad en el que hubo una pequeña catequesis para familias a cargo del Padre Charlie, luego la celebración de nuestro mayor tesoro, la Eucaristía, y por último algo de picoteo compartiendo cantos, cultura… pues nosotros cantábamos canciones típicas de España mientras ellos nos enseñaban algunas cosas propias de la cultura mapuche (pueblo a la que pertenecían la mayoría de los integrantes de esta comunidad).

Fueron días preciosos en los que recibimos mucho del amor a Dios que estas personas tienen. Especialmente nos ayudó el testimonio de la señora Lucía, responsable de la comunidad, su hija Eva, el señor José y Anita, que nos acompañaron en esta misión.

 Dios siempre sorprende y esta vez lo hizo con una comunidad que con su entrega y perseverancia nos animó a todos a acrecentar nuestra entrega a Dios y, en Él, a los hermanos.

 

viernes, 17 de julio de 2015

Haced lo que Él os diga

Podemos decir que la misión en el sector de "Los Volcanes" ha sido la más mariana hasta ahora. Han sido tres días de anunciar casa por casa que el Señor quiere hacerse presente en medio de la vida de las personas que viven en este barrio, que es probablemente el más nuevo de Villarrica. Y este anuncio ha sido hecho de la mano de la Virgen María. No me canso de ver una y otra vez, en mi vida y en la de estas personas, cómo es Ella la que más nos acerca a Dios. Allí donde está María, está Dios. Y no puede ser de otro modo.

La misión ha consistido en visitar las casas, hablar con los vecinos, anunciarles la Buena Nueva del Evangelio, escuchar sus inquietudes, sus preocupaciones y sus dificultades. Algunos de ellos rápidamente nos invitaron a entrar a sus casas para bendecirlas y conversar, o a ver a sus enfermos; otros nos despidieron, aunque hemos de decir en honor a la verdad, que nunca con malas palabras ni desaires: los chilenos son muy corteses y educados.

También les convocamos para la víspera del día de la Virgen del Carmen. Por la tarde tuvimos juegos con los niños, en los que se trataba que fueran juegos con un contenido catequético. Y para acabar este rato con ellos, escucharon la catequesis de uno de nosotros sobre los contenidos más básicos de nuestra fe. "Al tiro", como dicen aquí, comenzó el rezo del Santo Rosario con los niños a la cabeza mientras procesionábamos una imagen de la Virgen del Carmen dentro de una furgoneta (para que no se estropeara con la lluvia). Al acabar el rosario comenzamos la Misa, ya de víspera de la Virgen del Carmen, "madre y reina de Chile". La capilla estaba llena, no cabía nadie más, incluso con personas que no solían ir a la Eucaristía de los domingos.

Es una alegría muy grande ver estos frutos que, estoy convencido, no es sólo trabajo nuestro, sino de Dios junto con todas las personas más implicadas de esta comunidad como Marcela, Mauricio, Mónica... Dios tiene muchas manos en este barrio, pero aún le faltan muchos hogares donde entrar.

¿Cómo hacerlo? La Virgen María, una vez más, nos muestra el camino: "haced lo que Él os diga". Fieles a la voluntad de Dios y comprometidos con nuestros hermanos: así es como queremos vivir.

jueves, 16 de julio de 2015

Nunca es tarde si la dicha es buena.

¡Hola otra vez! Quiero dar las gracias por las oraciones, no es por cumplir, se están notando de veras. Dicho esto vamos a recopilar el día de ayer, 16 de Julio de 2015. Celebramos a la Virgen del Carmen, patrona de Chile, por eso fuimos a una capilla dedicada a esta advocación. Está ubicada en una comunidad rural en "Huincacara" que nos han dicho que significa "cara de extranjero" así que sin saberlo era un sitio apropiado para nosotros. Fuimos cómo tantas veces en el coche sin saber qué es lo que nos deparaba. Nos dirigíamos por un camino que la señal nos indicaba. Continuamos por el camino viendo el paisaje. Avanzamos por el camino preguntando a la gente donde estaba la capilla. Seguimos...y seguimos...y seguimos...y nos encontramos con la nieve. Empezamos a sospechar que nos habíamos perdido y efectivamente, nos habíamos perdido. Sin cobertura y con la nieve bajo las ruedas. Ya con poca esperanza de encontrar la capilla regresamos por el mismo camino volviendo a preguntar a alguna persona que encontramos. Nos indicaron que podía haber una capilla en unos cuantos kilómetros. Y en un momento uno de nosotros vio un cartel pequeño que casi se caía y SÍ era la capilla de la Virgen del Carmen. Ya nos desviamos y llegamos a nuestro destino.


Nos habíamos retrasado casi una hora. Entonces entramos en la capilla y allí encontramos a toda la comunidad esperándonos. Esto fue una lección de paciencia para nosotros. Ya dentro empezamos la celebración y no solo era una eucaristía sino que también celebramos el bautizo de un niño que se llamaba Daniel. Este pequeño ya no era un niño cualquiera, ya era hijo de Dios y por eso aunque llegáramos tarde al bautizo nunca es tarde si la dicha es buena. Fue una gran alegría poder compartir este momento tan especial para la comunidad. 
Nos acogieron desde el primer momento con mucho cariño y pudimos observar que era gente sencilla pero que vivía la fe con mucha naturalidad y alegría. Más tarde fuimos a la parte trasera de la capilla y tuvimos un compartir fraterno. Uno se da cuenta, paradójicamente, que por lo general el que menos tiene es el que más da y el que más tiene menos ofrece. Se aprende que lo importante no es tener mucho sino ofrecer lo que cada uno puede, y al mismo tiempo, que lo importante en una comunidad es cuidarse el uno al otro, conocerse, preocuparse, trabajar para que la comunidad crezca y rezar unos por otros. 
Esto se podía ver con algunos ejemplos: Una mujer de la comunidad cedió el terreno para que se pudiera construir la capilla y no solo eso sino que todos ellos construyeron  la capilla para las celebraciones. Me ha llamado la atención que el papel del laico es mucho más activo ante la necesidad de sacerdotes. Cuantas veces desaprovechamos el tener misa todos los domingos, cuantas veces desaprovechamos el tener más sacerdotes que esta comunidad. Aquí sólo pueden tener una misa al mes y caminan kilómetros para llegar a ella. Sinceramente estoy aprendiendo mucha de la fe de estas personas. 
Otra vez se puede decir que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35).

#MisiónChile2015 




martes, 14 de julio de 2015

TENGO SED!!!


 “a MI me lo hicisteis”

Durante los diez días que llevamos en Villarrica estamos ayudando en varias actividades de pastoral social que aquí se realizan.

Por las mañanas, a las 11:30 , vamos al comedor de la parroquia San Francisco de Asís donde ayudamos a Karime, Fadile, Irene y Carmen a servir comida a los más pobres de entre los pobres de Villarrica. Allí, además de ayudar sirviendo y recogiendo platos, también llevamos nuestra guitarra y animamos con diversos cantos y bailes a estos hermanos que no sólo necesitan alimento corporal, sino también cariño y alegría que les muestre esa predilección de Dios por los más pequeños.
De hecho se ve como estas personas van encontrando al Señor en estos pequeños detalles hasta el punto de servirse unos a otros por amor a Dios. Lo pude comprobar cuando bromeando le dije a Lupe que le iba a quitar el trabajo de fregar los platos para así cobrar yo los mil pesos (ficticios por supuesto) y me dijo: “yo esto no lo hago por la plata sino por amor a Dios”.

Después del almuerzo (en España comida), a las 14:30 vamos al comedor de la Divina Misericordia, donde la señora Patricia prepara platos de comida para que los más pobres los lleven a su casa y puedan comer algo por la noche. En este comedor ayudamos a preparar la comida (pelamos zanahorias, “papas”, etc.) y más tarde la servimos.
Por último, en la tarde, hacemos la llamada “ruta de los pancitos” organizada por la pastoral social de la Catedral. Consiste en ir con los voluntarios (Patricia Troncoso, Paula, Bibi, Mario, Gema…) por las casas más pobres de Villarrica repartiendo “pancitos” y un vaso de leche calentita para que puedan cenar algo y también desayunar. Cuando yo hice la ruta, me tocó con Patricia y Bibi y quedé impresionado de cómo no sólo les llevan la cena,  sino que ayudan a las personas que visitan a ver el amor tan grande que Dios les tiene, que nunca les abandona, y no sólo hacen una gran labor social sino que en ella Cristo es el centro. De hecho ayer pidieron al “padre Charlie” que les acompañase para poder confesar y dar la comunión a los más enfermos. Gesto que recuerda a lo dicho por Pedro en Hechos de los apóstoles: “no tengo oro ni plata mas lo que tengo te doy”. CRISTO.

Además de todas estas actividades, el miércoles pasado tuvimos Eucaristía en la cárcel con algunos presos que quisieron unirse. Fue precioso ver con que humildad se acercaban al Señor, sabiéndose pequeños pero infinitamente amados por un Dios que ha dado su vida sin esperar a que seamos perfectos. Se podía palpar la actitud del publicano en el templo orando a Dios desde su miseria y yo a su vez podía sentirme como ese fariseo que tantas veces quiere apoyarse en sus buenas obras en lugar de verse pequeño ante Dios que nos hace grandes.
Igualmente fuimos con la Virgen peregrina de Fátima a visitar a los enfermos del sector de “los santos” que no pudieron venir a las actividades allí organizamos. Y también, el martes, fuimos a llevar a Cristo al colegio “don Orione” de discapacitados psíquicos haciendo carne en nosotros las palabras del Señor “dejad que los niños se acerquen a mí”. Allí hicimos varios juegos y quedamos todos encantados con la sencillez, el cariño y la alegría de todos esos pequeños que son tan preciosos para nuestro Padre. 
Estas actividades que vamos realizando ayudan a ver a ese Cristo Vivo que en los más pobres de entre los pobres te grita  “¡¡¡TENGO SED!!! Tengo sed de ti, de que te entregues de veras, que me ames en todo lo que hagas, especialmente en estos mis pequeños hermanos pues lo que hicisteis a estos mis humildes hermanos A MI ME LO HICISTEIS” 

 #MisiónChile2015


domingo, 12 de julio de 2015

Encuentro diocesano de jóvenes

Este sábado día 11 vivimos junto a los jóvenes de toda la diócesis una experiencia maravillosa. Me refiero al primer Congreso de Jóvenes de la Diócesis de Villarrica.
Probablemente a cualquiera de nosotros, colaboradores y responsables en alguna tarea pastoral en nuestra diócesis de Getafe, puede parecernos esta actividad diocesana todo menos una novedad, ya que estamos acostumbrados a estas "movidas". Los ocho misioneros participamos e incluso ayudamos en algunos momentos de la jornada en alguna actividad e intervención de la misma.
Íbamos convencidos de que estábamos hechos a estas experiencias y nada nos podría parecer nuevo. El Señor nos sorprendió desde el primer momento. Entre los bailes y dinámicas, las actuaciones del grupo musical y las dos charlas-coloquio que tuvimos (una de ellas impartida por nuestro rector D. Carlos) seguidas de una ronda testimonio-vocacional (en esta ocasión Alex fue nuestro representante) el Señor nos concedió magníficos detalles.
Personalmente lo que más me gustó fue vivir en medio de los seminaristas del seminario de Villarrica este acontecimiento. Creo que a cada uno de nosotros se nos pasó por la cabeza numerosos recuerdos de nuestras primeras Jornadas Diocesanas, peregrinaciones, etc. Siempre que podíamos nos juntábamos con ellos. Qué alegría tan grande en los rostros de estos seminaristas que vivían su primer encuentro diocesano de jóvenes al ver a tantos jóvenes de su diócesis comprometidos con su labor pastoral, ansiosos por ayudar y hacer todo lo posible para que la alegría del Evangelio sea el alimento en sus parroquias. ¡Y todo dentro de un clima de sencillez que contagiaba alegría verdadera, la alegría cristiana!
Cómo no, lo más importante lo tuvimos al final. Celebramos la Santa Misa para clausurar el día. Nos ocupamos de prestar una mano a nuestros amigos seminaristas acolitando y cantando en el coro. Hasta el final siempre junto a estos hermanos nuestros que tan preocupados están también de que nuestra estancia aquí durante este mes sea de mayor comodidad. Damos gracias a Dios por el día que vivimos.
No nos acostumbremos nunca a las cosas de Dios, sino vivámoslas en su Corazón. De esta manera todas las actividades que realicemos durante nuestra vida serán siempre nuevas.
Seguimos muy agradecidos a todos los que nos estáis encomendando desde España. Somos conscientes de que tenemos una gran ayuda gracias a vuestras oraciones. En algunas ocasiones ya lo hemos experimentado, varios miedos e inseguridades han desaparecido, y sabemos que no puede haber sido sino gracias a estas oraciones. ¡Seguid ayudándonos! Nosotros desde aquí se lo agradecemos al Señor y pedimos por vuestras familias y necesidades.